El otro día estaba yo “escuchando” televisión, mientras ordenaba algunas cosas. Pasaban un documental sobre los métodos anticonceptivos, en el que contaban que en Francia, después de la segunda guerra mundial, el gobierno francés comenzó a fomentar los nacimientos, poniendo obstáculos a los procesos abortivos, con miras a recuperar las pérdidas humanas durante el evento bélico y tratar de que la cantidad de nacimientos fuese mayor que la de las muertes.
Tiene lógica, me dije, tienen que hacer algo para solucionar la situación en la que se encontraban.
Entonces entrevistan a una mujer de una organización abortista, la cual comenta: “... el problema es que Francia es un país laico y estaban aplicando un principio natalista que defiende la religión católica...”
¡Un momento! ¿Acaso está tratando de decir que por el simple hecho de que la religión católica esté en contra del aborto, un estado laico no puede aprobar una ley que evite la realización de abortos?
Mi intención no es abrir un debate sobre aborto o no aborto, ni sobre la religión. Lo que estoy analizando y cuestionando es el argumento: en un estado laico no puede haber leyes que defiendan los principios de una religión, en general, y de la católica en particular. Eso sería un gobierno anticatólico, y que por ende debería permitir robar, matar y otras cosas más.
Hace un tiempo, mientras conversaba con un amigo, saqué el tema de las bolsas de los supermercados, eso de que ahora tenemos que pagar por las bolsas. Le comento que estoy en contra y que no entiendo el motivo por el que debemos pagar por las bolsas. En eso mi amigo me responde que “hay que pagar las bolsas para proteger el medio ambiente”.
Este es otro argumento para imbéciles. Resulta que las bolsas plásticas son malas para el medio ambiente, estoy de acuerdo. La primera y obvia solución es no utilizar bolsas de plásticos, pero resulta que en algunos establecimientos, si tú pagas 2 céntimos, entonces te dan una bolsa. La diferencia con lo que ocurría antes es que ahora, además de contaminar medio ambiente, estamos pagando por ello. En otras palabras, para evitar la contaminación es indiferente si pagamos o no.
En un episodio de la serie “Padre de familia (Family guy)”, Lois (la esposa del protagonista) decide presentarse a alcalde de su pueblo. En un debate comienza a explicar detalladamente lo que pretende hacer si gana las elecciones. El público se mantenía apático. Uno de sus asesores le aconseja que haga mención al 11 de septiembre y otros temas de interés, pero sin dar mucho detalle. Lois vuelve al micrófono, dice cuatro tonterías sin sentido y termina la frase diciendo “11 de septiembre”. El público salta de alegría y le aplauden. Vuelve a decir cuatro estupideces más, terminando de nuevo con “el 11 de septiembre” y la algarabía se repite.
Estos ejemplos de lo que yo me refiero como “argumentos borreguiles”, también le suelo llamar “argumentos izquierdosos”, ya que son los que me suelen dar las personas de izquierdas para justificar las estupideces que hacen los gobiernos del PSOE. Lo peor es que cuando trato de hacerles ver la estupidez que acaban de decir, sacan uno de los argumentos siguientes: “yo no se nada de política”, “todos los políticos son iguales”, “el PP es peor” o “bla bla bla gürtel” (Si os fijáis bien, este último es un argumento izquierdoso, el cual es muy utilizado por los del PSOE: tres estupideces y luego terminan con “gürtel”. Todos los borregos del PSOE se vuelven locos cuando escuchan esto, por más que no entiendan nada de lo que se dijo).
sábado, 18 de junio de 2011
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