domingo, 22 de mayo de 2011

Lo siento Enrique, pero te robaron la iniciativa

Estoy de acuerdo con lo que escribe el Sr. Dans en su blog "Sobre las asambleas, las acampadas y su representatividad en el movimiento 15M", pero ha tardado mucho en decir lo que dices.

Yo pienso que el 15M sirvió para llevar a la calle a una gran cantidad de personas que estaban indignadas. Los motivos de la indignación eran distintos entre sí. Quizás si no hubiera 5 millones de parados, o si no estuvieramos en una crisis, o si el PSOE no estuviera en caída libre, entonces no hubiera tenido el seguimiento que tuvo.

Lo del PSOE lo digo ya que en gran parte, la idea de armar un follón, supuestamente ajeno a la izquierda, en medio de la campaña electoral, y además centrado enfrente de la presidencia de la Comunidad de Madrid, era un evento MUY APETECIBLE, lo cual quedó demostrado por la mayoría de carteles de tendencia de izquierda, la intoleracia contra los que trataba de mostrar un cartel anti izquierda, la violencia contra los medios de comunicación no afines con el gobierno y la sarta de propuestas de izquierdas emanadas de las asambleas y votaciones internas.

Esa movilización inicial sólo sirvió para demostrar que se puede movilizar a la gente, pero que si se desea que esa movilización realmente produzca un resultado, entonces debe existir un interés/objetivo común. Si no existe esa meta, entonces nada de lo que salga de allí tendrá un valor, no será posible determinar si se ha alcanzado el objetivo y si ha servido de algo.

Pregunto: ¿Cuál era el objetivo de la movilización?

Si querían demostrar que la gente estaba molesta... ¡big deal! las cosas no están para lanzar cohetes... sólo que cada uno tiene distintos motivos para estar molesto. Entonces, ¿Cuál era el objetivo? - Esto es lo que ha faltado desde el comienzo: un objetivo o meta concreta. No me refiero a un manifiesto político, me refiero a algo en concreto.

Sin ese objetivo, puedo decir que esa convocatoria no tuvo éxito, ya que no alcanzó nada, a menos que ese objetivo fuese el sabotear la campaña electoral de Esperanza Aguirre, armando un follón delante de la institución que ella preside, incluso odurante la jornada de reflexión, desobedeciento una ordenanza de la junta electoral, avalada por el terminal supremo.

La manifestación inicial fue creada con buena fe, pero lo que hicieron fue abrirle la puerta a cierto grupo que se apoderó del eventó y lo desprestigió.

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